viernes, 2 de septiembre de 2011

MENSAJE Nº 19: LA LUCHA POR LA SANTIDAD O JUSTICIA



SÓLO PARA CATÓLICOS, CHILENOS … Y VALIENTES (O QUE BUSQUEN SERLO), SIN MIEDO A LA VERDAD OBJETIVA, EN CASO CONTRARIO, NO SIGAS LEYENDO.
¡¡El mundo se mejora comenzando por uno mismo, cambiando, con la gracia de Dios, lo que no va en nuestra vida!! (BENEDICTO XVI)

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Para la mejor comprensión de cada uno de los Mensajes es conveniente haber leído los anteriores, especialmente el Nº 1
Hazte misionero de esta Misión Continental por internet invitando a leer el blog, aportando sugerencias, contribuir con un tema o dando a conocer los temas que se exponen en el blog, todo lo que se pueda hacer para mejorarnos nosotros mismos e invitar a otros a lo mismo y así salvar el alma enferma de Chile
VOZ DE JESUCRISTO , SAN PEDRO, SAN PABLO Y TODOS LOS SANTOS No hay que devolver mal por mal, sino bendiciones __________________________________________________
El título real y completo de este mensaje Nº 20 es :
CATÓLICOS DE CHILE, AMÉRICA Y DEL MUNDO ENTERO ¡¡¡UNÍOS EN CRISTO JESÚS!!!...para ayudarnos a salvarnos y a salvar a los hombres y mujeres del mundo entero, buscando cada uno ser misionero de sí mismo para ser mejores católicos, aumentando nuestras oraciones y muestras de amor a Jesucristo y a su Iglesia “para quitarle las manchas y arrugas” que somos los malos católicos - laicos y sacerdotes -, pero que queremos cambiar para mejor. LOS HIJOS DE DIOS NO NACEN DE LA CARNE NI DE LA SANGRE SINO DEL ESPÍRITU SANTO!! Cualquier sugerencia, participación y proposición de temas hacerlo través del mail. ___________________________________________________________________________
SANTIDAD O JUSTICIA, porque en la Biblia suele tomarse como sinónimos - dependiendo del contexto - , en tiempo que se hablaba de que José era un varón justo, es decir, santo. San Pablo se dirige a los de Corinto "a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos...", es decir, justos, porque cumplen los mandamientos en sus relaciones con Dios, consigo mismo y con su prójimo.Como dijimos en el Mensaje Mª 18, veremos - ya que tanto se gusta de nombrar la palabra ‘lucha’ – una lucha que vale la pena dar, pero consigo mismo, porque el premio no es un trofeo ni nada corruptible, sino que es, nada menos que la felicidad eterna. Otros dan la lucha opuesta a la santidad para hacerse amigo del demonio donde el premio que él les da es estar lo más cerca de él, pero donde está el demonio es el punto donde más sufrimiento existe ¿quién quiere estar cerca de él, entonces? “Loco debo de ser si no soy santo”. Creyente o no creyente, santo o pecador y de cualquier latitud de la tierra aspiran y desean con vehemencia y en forma natural la felicidad, porque nacemos con este deseo, el de la felicidad. Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, por supuesto, no por el cuerpo sino por el espíritu o alma, por tanto, este deseo, es de origen divino. La parte corporal es mortal y corruptible, pero la parte inteligente, espiritual o alma es inmortal e incorruptible, he aquí la semejanza, por la cual no estaremos tranquilos hasta que volvamos al origen, Dios, porque es el Único que lo puede satisfacer. San Agustín los decía: “Nuestro corazón vivirá siempre inquieto mientras no descanse en Ti.” Nada de la tierra ni del universo lo calmará, aunque seamos los dueños del mundo con todas sus riquezas. En efecto, toda posesión involucra la tristeza de que algún día, más cercano que tarde, lo veremos afearse, descomponerse, destruirse, y si se trata de personas muy queridas, morirse. Incluso uno mismo, por lo que no debemos apegarnos y acostumbrarnos con lo que no ha de durar. Debemos poseer las cosas como si no se tuviesen. Tampoco de las personas queridas, de las cuales no debemos pretender que sean esclavas nuestras ni nosotros esclavos de otros, porque la libertad que deseamos para nosotros – como explicábamos en el Mensaje 18 – debemos desearla también para los demás, como ser los hijos, los cuales deben cumplir con su libertad y elegir cosas buenas aunque impliquen abandonar la casa paterna.
Así en 1Cor. 7, 29 ss.: “ Os digo, pues, hermanos, que el tiempo es corto. Sólo queda que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que llorar, como si no llorasen; los que se alegran, como si no se alegrasen; los que compran, como si no poseyesen; y los que disfrutan del mundo como si no disfrutasen; porque pasa la forma de este mundo.. Yo os querría libres de cuidados.” Las Bienaventuranzas que Jesús promulgó en el sermón de la Montaña, son como sendas que apuntan a la vida que debemos llevar en este mundo para entrar por la puerta estrecha que lleva a la felicidad eterna (Mt.5, 1ss.): veamos: Bienaventurados (o felices) los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos : los que usan de lo que Dios les da, para servir a Dios, a sí mismo, a su familia, al prójimo, al Bien Común,... no abusan de las cosas. Posesión involucra la tristeza de que algún día, más cercano que tarde, lo veremos afearse, descomponerse, destruirse, y si se trata de personas muy queridas, morirse. Incluso de sí mismo, por lo que no debemos apegarnos y acostumbrarnos con lo que no ha de durar. Debemos poseer las cosas como si no se tuviesen. Tampoco de las personas queridas, de las cuales no debemos pretender que sean esclavas nuestras ni nosotros esclavos de otros, porque la libertad que deseamos para nosotros – como explicábamos en el Mensaje 18 – debemos desearla también para los demás, como ser los hijos, los cuales deben cumplir con su libertad y elegir cosas buenas aunque impliquen abandonar la casa paterna. Así en 1Cor. 7, 29 ss.: “Dígoos, pues, hermanos, que el tiempo es corto. Sólo queda que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que llorar, como si no llorasen; los que se alegran, como si no se alegrasen; los que compran, como si no poseyesen; y los que disfrutan del mundo como si no disfrutasen; porque pasa la forma de este mundo.. Yo os querría libres de cuidados.” Así sucedió en el caso de una señorita muy rica y muy joven , 28 años, con cáncer terminal y ella , dispuesta a pagar lo que fuera para mejorarse, decía: “Si soy tan rica, yo no quiero morir.” Y aquí se cumple aquello de que “todos dicen que quieren ir al Cielo, pero nadie quiere morir”, siendo que el Cielo es la felicidad perfecta y eterna, la cual, ninguna riqueza terrena podría darle siquiera un segundo de esa felicidad. Sin embargo, se ve como algo terrible .
Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la Tierra (el Cielo): “La mansedumbre es una virtud especial que tiene por objeto moderar la ira según la recta razón. Rectifica y modera de tal forma la ira, que no se levante sino cuando sea necesario y en la medida en que lo sea. Jesús es el modelo incomparable: a sus apóstoles les sufre sus miles de impertinencias, si ignorancia, su egoísmo, su incomprensión. Les instruye gradualmente, sin exigirles demasiado pronto una perfección superior a sus fuerzas. Les defiende de las acusaciones de los fariseos, pero les reprende cuando tratan de apartarle a los niños o cuando le preguntan si quiere que pidan fuego para castigar a un pueblo. A las turbas habla con dulzura y serenidad. Nada de voces intempestivas, de gritos destemplados, de amenazas furibundas. Con los pecadores, extrema hasta lo increíble su dulzura y mansedumbre: perdona en el acto a la Magdalena, a la adúltera, a Zaqueo, a Mateo; a fuerza de bondad y delicadeza convierte a la samaritana, etc. En caso de duda, no obstante, es mejor inclinarse del lado de la dulzura y mansedumbre antes que del rigor excesivo, evitando caer en el pecado de la ira desordenada y caer en la blasfemia, la injuria y la riña, el odio, la violencia, el rencor, y la venganza. La práctica de la mansedumbre a imitación de Jesús, evitaremos las disputas, las voces destempladas, las palabras o las obras bruscas o que puedan hacer daño, para no alejar a los tímidos. No devolver mal por mal; de no hablar cuando estamos airados. Tratar con buenas maneras a todos los que lleguen a hablarnos; poner a todos rostro risueño y afable, aun cuando nos cansen y molesten; acoger con especial benevolencia a los pobres, los afligidos, los enfermos, los pecadores, los tímidos, los niños; suavizar con algunas palabras las reprensiones que debemos hacer. SIN EMBARGO: en ocasiones se impone la ira y renunciar a ella en estos casos sería faltar a la justicia y/o a la caridad, que son virtudes más importantes que la mansedumbre. El mismo Jesús , arrojó con el látigo a los profanadores del Templo (Jn.2,15) y lanzó terribles invectivas contra el orgullo y la mala fe de los fariseos (M.t 23,13ss). No significa esto que se anula la virtud de la mansedumbre en atas de la justicia o caridad. Todo lo contrario. La misma mansedumbre enseña a usar rectamente de la pasión de la ira, evitando que llegue al odio y al homicidio, luego, sólo en los casos necesarios y de la manera conveniente según el dictamen de la razón iluminada por la fe. De lo contrario no sería virtud, sino debilidad o blandura excesiva de carácter, lo que no se compagina con la energía y reciedumbre de carácter que requiere muchas veces el ejercicio de las virtudes cristianas y sería, por lo mismo, un verdadero pecado, según dice Sto. Tomás. En consecuencia, los pecados contra la mansedumbre son la debilidad o blandura excesiva de carácter, porun lado y, por el otro, la ira desordenada o iracundia de donde nacen otros pecados como la indignación, pensamientos e venganza, el griterío, la injuria y la riña, los violentos, los rencorosos y los obstinados que no descansan hasta lograr vengarse.“ (Ver Perfección Cristiana de Antonio Royo Marín, O.P, Edit. BAC pág. 564) Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados: llorar es arrepentirse de los pecados al darse cuenta quién es Jesús, que dio su vida tan dolorosamente por nosotros, para llevarnos a la Tierra prometida que es el Cielo y que la Santísima Trinidad y Jesús nos están esperando para darnos la felicidad eterna, y ante todo lo cual no haberles respondido mejor Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados: deseo de justicia es el deseo de santidad, de ser santos, que es como la sed y el hambre, ante los cuales uno no descansa hasta que logra conseguir un vaso de agua o un mendrugo de pan , siquiera, mientras consigue algo más, para comer. Los católicos nos acercamos al pan y sangre de los fuertes en la Eucaristía. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia: perdonar, no guardar rencor, amar como Jesús nos amó y practicar las obras de misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios: que no andan con intenciones torcidas o torvas, como los que explican el Evangelio y la doctrina de la Iglesia no con la mente y sentimientos de Cristo sino con la orientación humana de la TLM Bienaventurados los pacíficos (que buscan la paz), porque ellos serán llamados hijos de Dios: que la única deuda que tengan vosotros con los demás sea la caridad, y en todo cuanto de vosotros dependa decía, San Pablo y tolerar las flaquezas y debilidades de nuestro prójimo, que es una de las obras de misericordia. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos: aquellos que relata el libro de la Sabiduría Cap. 2 al 5, que son los que por buscar el amor de Yahveh y sus mandamientos son perseguidos, lo que ahora decimos que por andar buscando la santidad o ser santos, nos burlan, o contradicen. Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos , porque grande será vuestra recompensa en los Cielos: esta es ya la bienaventuranza de los mártires, de los cuales habla tan maravillosamente San Juan en el Libro del Apocalipsis. Ejemplo es San Juan Bta., San Esteban, San Pedro, San Pablo y todos los Apóstoles, la sucesión de mártires por la persecución de Roma y actualmente, en Asia y África.
Y aquí tenemos los grandes hitos que nos señalan el camino estrecho, pero seguro. Sin embargo, no es fácil, ¡sólo para valientes!. ¿Somos muchos los valientes católicos? Nuestros templos desiertos o con muy pocos fieles lo dicen...cuando están abiertos, porque son pocos los que se mantienen abiertos fuera de las horas de misa y fuera del centro de Santiago. Estos hitos están en el Evangelio, por lo tanto cualquiera que sepa leer los puede aprender, pero ¿y también practicar? La responderemos más bajo.
Otras señales que nos presenta el Señor Jesús en ese camino que nos dejó, son los mismos Diez Mandamientos que ya se habían entregado al pueblo judío por Moisés, dándoles la misma importancia y obediencia. ¿Cuántos católicos pueden decirlos correlativamente de memoria? Hay personas, hombres y mujeres, que han olvidado el Padrenuestro y el Avemaría, si es que alguna vez los aprendieron. También estos mandamientos cualquiera que sepa leer los puede aprender, pero ¿y también practicar? La respuesta, luego.
También la Doctrina Católica aprobada por el Papa, que se basa en la Tradición de la Iglesia y en los Santos Padres desde el comienzo.
Hoy los hitos que regulan la conciencia y la práctica de las costumbres son lo que se dice o lo que se hace; esto, como ya hemos dicho, lo siguen aquellos que no tienen voluntad propia, porque no les gusta pensar, y se dejan llevar como zombi, absolutamente dependientes de otros. Otro hito es lo que la mayoría dice y hace: estos son los que para acallar la conciencia quieren darse a sí mismo una razón que les permita, aparentemente, seguir alguna norma valedera. Pero la mayoría nunca será criterio de verdad, si no Cristóbal Colón nunca habría llegado a lo que después se llamó América. En efecto, la mayoría decía que el mundo en el horizonte era como un precipicio en el cual caerían los que quisieran pasar. O cuando Colón pidió a todos que equilibraran un huevo duro y nadie de los presentes pudo, por lo cual dijeron que era imposible; en cambio Colón sí pudo. Otro hito es lo que dice y hace la TV, donde los jóvenes tienen una enseñanza excelente de lo que no debiera ser, con algunos espacios que salvan la plata de tener un televisor. Se piensa que el criterio formado es aquel donde los telespectadores son de palo y se programa la farándula, los espectáculos eróticos, lo cual si nadie se queja, ni las autoridades que deben controlar las buenas costumbres y la moral, nada dice, entonces se dan por aprobadas como buenas, en circunstancias que en los cines existen cines especiales triple XXX, en cambio en la TV no hay censura de ese estilo, por ser TV abierta quedando a merced de los niños – cuando los padres tienen que estar fuera del hogar - programas que en nada los beneficia. O lo que dice y hace el partido político tal o cual aunque últimamente los ciudadanos queremos pensar por nosotros mismos y no aquellos que en el momento de las votaciones están más amarrados que nosotros a las mayorías, al que dirán cierto grupos por los votos que pueden perder y así aprueban leyes aberrantes que nosotros los católicos no estamos obligados a cumplir. A ellos no les importa su alma eterna, por tanto no debemos apoyar a quienes no nos representan ni representan a ningún chileno, porque están contra la Ley Natural que es la base de las demás (como ya lo hemos hablado) En efecto, se piensa, desafortunadamente, que lo que es legal es lo correcto moralmente, lo cual es muy falso, como lo hemos visto con aquellas leyes que están contra la Ley Natural o Conciencia, donde quieren igualar las parejas heterosexuales y las homosexuales. Si un hombre tiene sexo con una mujer que no es su esposa, peca. Si un hombre tiene sexo con otro hombre sea quien sea, peca. Si un hombre experimenta el deseo de sexo con una mujer que no es su esposa, debe abstenerse y no frecuentarla para no incentivar una tentación; y viceversa, si se trata de una mujer hacia el hombre. Ahora si un hombre quiere sexo con otro hombre y una mujer con otra mujer, deben de la misma manera que los heterosexuales, abstenerse y no frecuentar aquellas personas para evitar la tentación. Si no evitan la tentación todos, estarán entre los candidatos a hacerle compañía al diablo, como dice San Pablo en 1Cor.6,9: “No os engañéis: ni los fornicarios, ni los adúlteros, ni los homosexuales (y lesbianas)...poseerán el reino de Dios.” Por lo cual, “dejar de ver a Dios y condenarme, triste cosa será, pero posible” y “loco he de ser si no soy santo”.(Fray Pedro de los Reyes), y porque todo esto va contra la Ley Natural o Conciencia, es pecado. O sea, para nosotros los católicos y cristianos, en general, se estaría legalizando el pecado, lo cual no puede transformar en bueno lo que es malo intrínsecamente. En caso contrario, estaríamos con el mundo al revés “caminar con las manos y no con los pies”.

Pero ahora, para los católicos, ¿cómo se define el pecado?: es una falta contra la razón, la verdad, la conciencia moral, es falta al amor verdadero para con Dios, y para con el prójimo, a causa de un apego perverso a ciertos bienes y personas. Ha sido definido como “una palabra, un acto o un deseo contrarios a la Ley Natural eterna”. Es una desobediencia, una rebeldía contra Dios. Ahora el daño que produce en sí mismo, es que destroza nuestra síquis, no dejando vivir tranquilo, llegando a odiarse a sí mismo, deseo de castigo para calmar la conciencia, muy bien descrito en la obra de Fedor Dostoievsky “Crimen y Castigo”. Claro que se puede llegar a un estado de aniquilamiento de la conciencia, por las circunstancias que pudo haber vivido o el abundante esfuerzo por hacer males sobre males. ¿Qué podemos decir a este respecto? Como se vive se muere. Que también el diablo tiene héroes que trabajan a su favor. Pero que la misericordia de Dios no excluye a nadie mientras viva, por más recalcitrante y perverso que sea, como pasó con las oraciones de Santa Teresita del Niño Jesús cuando se dedicó a orar por el famoso bandido que iba a ser ajusticiado, quien rechazo todo auxilio sacerdotal, hasta que llegó ante el verdugo y en el penúltimo segundo gritó llorando que deseaba confesarse y murió limpiecito de pecados. Lo que pasó después de muerto es algo que sólo a Jesús el Justo Juez le compete, pero que sabemos que tuvo que ser favorable. Fue mucho más extraordinaria que la de Dimas en la cruz, porque Dimas tuvo más tiempo con Jesús y pudo darse cuenta de la injusticia y lo defendió. Claro que Dimas ganó en que entró con Jesús en el Paraíso el mismo día. Del bandido perdonado, no se sabe cuánto tiempo después.

El deseo de hacerse “como dioses” en un amor a sí mismos hasta el desprecio a Dios”.(San Agustín) Por esta exaltación orgullosa de sí, el pecado es diametralmente opuesto a la obediencia a Jesús, que realizó y realiza nuestra salvación (Flp. 2, 6-9)
La diversidad de pecados: así como en la brújula la aguja apunta a un solo punto que es el Norte magnético, pudiendo señalar infinitos puntos si está mal ubicada o mientras se logra hacer coincidir la aguja con el norte pasa por infinitos puntos, así también la brújula del espíritu donde también hay un solo punto, el amor a Dios y al prójimo, porque “ama y haz lo que quieras” de San Agustín equivale a “Deus meus et omnia”, que se traduce “mi Dios y mi todo”, de San Francisco de Asis, porque quien tiene a Dios lo tiene todo y con Santa Teresa de Avila “quien a Dios tiene nada le falta.”
En cambio, la forma de pecar es infinita. Así es tan simple conocer que Dios es el Bien Supremo y por querer conocer las infinitas formas de pecar, perdimos el derecho al Cielo y que Jesús vino a remediar. El astuto diablo hizo creer que sería una maravilla , que serían igual a Dios si también conocieran el mal, en circunstancias que en Dios no puede haber ningún mal por leve que sea, pero la astucia y la facilidad de convencer que tiene el diablo a quienes no están firmes en lo que creen , es formidable, por eso no hay que conversar con él, sino apartarse de las cosas o personas que son causa de pecado para nosotros lo más pronto posible.
Ahora responderemos a las preguntas que dejamos pendientes más arriba: Todo lo que hemos dicho hasta aquí, es comprensible para todo el mundo que sepa leer la Biblia - aunque no sea católico -, pero¿cómo hace para caminar por este camino que nos dejó Jesús?, no lo sé, pero si sabemos que nosotros los católicos somos débiles ante los esfuerzos de santidad como cualquier cristiano, pero nosotros tenemos la fuerza no sólo de la oración – que también la tienen todos los cristianos- , sino que también los sacramentos con los cuales nos transformamos en poderosos y luchamos duramente con el demonio y sus secuaces -que, a veces, somos nosotros mismos que le servimos para hacer pecar a otros - . Se cuenta de un santo que entreba a una ciudad y se encontró con el diablo sentado y le pregunta: · ¿Cómo que estás sentado cuando tú no descansan haciendo caer en las tentaciones a los hombres? A lo que contestó: ¿Para qué? No tienen necesidad de mí. Ellos mismos, con su egoísmo y pasiones desenfrenadas , son mis secuaces.
Por lo tanto, si los católicos no aprovechamos, especialmente, los sacramentos confesión y comunión más seguido ·”locos debemos ser...”, o quizás tontos, necios, o...(usar la imaginación) y no escuchar al demonio cuando nos dice: pero si los curas son más pecadores que yo; cómo vamos a decir los pecados a un hombre; y así otras cosas. Pero en Juan 20,22ss dice Jesús: “...a quien perdonareis los pecados les serán perdonados; y a quienes se los retuviereis les serán retenidos.” Por tanto el perdón lo hacen ellos, pero con el poder entregado por Jesús mismo que es quien perdona finalmente. Como sucede con un médico o cirujano: no nos interesa su vida moral, sino que haga bien su trabajo de mejorar y de operar.
Las religiones cristianas que no tienen sacerdotes, y que se confiesan “directamente con Dios” – según dicen - nunca están seguros de haber sido perdonados, en cambio nosotros recibimos un gesto visible y audible cuando el sacerdote nos bendice y nos dice “ que Nuestro Señor Jesucristo te absuelva de tus pecados” o “tus pecados han sido perdonados” y “yo te perdono en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” faltaría añadir ·”y no peques más en adelante” como hizo Jesús a la mujer adúltera, lo cual, sin embargo, se da por dicho,” porque a buen entendedor pocas palabras.”, porque tales palabras están tácitas..
Ahora: las fuentes de la moralidad de nuestros actos: que un acto sea bueno o malo dependerá de tres fuentes: a) el objeto elegido: es la materia de un acto humano: llevar, voluntariamente, amor y consuelo y ayuda en lo que se pueda a un enfermo o a quien está en la cárcel, sin otra finalidad, es un acto bueno, porque el objeto del acto es esa ayuda a esas personas determinadas y necesitadas de ella; querer tener sexo con una mujer u hombre que no sea su esposo o esposa, como el objeto es de suyo pecaminoso en esas circunstancias, es un acto malo. b) La intención, hacer un servicio para ayudar al prójimo, solamente por amor a Dios fin último de esas acciones; pero también, puede ser “leer los Evangelios y la Doctrina Católica para explicarla a católicos poco conocedores de esa cosas, pero para explicarlas con los errores de la TLM”, es decir, aparenta buscar los sentimientos y pensamientos de Jesucristo, pero en forma engañosa entrega los pensamientos marxistas. C) Las circunstancias, son elementos secundarios de un acto moral, no pueden anular la falta moral, sino que sólo contribuyen a aumentar o disminuir su gravedad o bondad, si se trata de un acto bueno. El acto moralmente bueno supone buenos el objeto elegido, el fin que se busca o intención, y las circunstancias de la acción. Por esto es que no está permitido hacer un mal para obtener un bien, como ser “las mentiras piadosas” Acerca de las pasiones: estas no son ni buenas ni malas todo depende del amor. Amar es desear un bien a alguien (Sto Tomás) y sólo el bien es amado (San Agustín). Por estas razones, una pasión será mala si el amor es malo, buena si es bueno.”(San Agustín).
LA CONCIENCIA MORAL: En lo más profundo de su conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, llamándolo siempre a amar y hacer el bien y evitar el mal (odiar el mal , dice el Salmo). El hombre prudente, cuando escucha la conciencia moral, puede oír a Dios que le habla, que es el Bien Supremo, por el cual se siente atraído y cuyos mandamientos acoge, porque hace libres del yugo de la vergüenza y cobardía que significa cada vez que faltamos a ella. ¿Quién no lo ha sentido alguna vez en su vida la vergüenza de haber mentido, engañado, callado cuando debería haber hablado? Mediante el dictamen de la conciencia, el hombre percibe y reconoce las prescripciones de la Ley Divina. Así el Card. Newman decía: “Conciencia para él era la revelación interna de Dios, y la Iglesia Católica es la revelación externa y objetiva. Esta fuerza de dos dimensiones se la oponía al agnóstico, al racionalista, al simple mundano.” (Enciclopedia Católica): “ En una carta al Duque de Norfolk dice: La conciencia es una ley de nuestro espíritu, pero que va más allá de él, nos da órdenes, significa responsabilidad y deber, temor y esperanza.... La conciencia es la mensajera del que...a través de un velo, nos habla, nos instruye, nos gobierna: La conciencia es el primero de todos los representantes (vicarios) de Cristo.” La dignidad de la persona humana implica y exige la rectitud de la conciencia moral. La conciencia hace posible asumir la responsabilidad de los actos realizados. Recuerda el perdón que se ha de pedir, el bien que se ha de practicar todavía y la virtud que se ha de cultivar sin cesar con la gracia de Dios recibida para superar esa debilidad para otras oportunidades. El ser humano tiene el derecho de actuar en conciencia y en libertad a fin de tomar en conciencia y en libertad personalmente las decisiones morales “No debe ser obligado a actuar contra su conciencia. Ni se le debe impedir que actúe según su conciencia, sobre todo en materia religiosa.” (Encíclica “Dignitatis Humane”.) En la humanidad han existido graves CASOS DE VIOLACIÓN DE LAS CONICENCIAS “Se sabe que en la Guerra Civil Española, en ninguna época de la historia de Europa, y posiblemente del mundo, se ha manifestado un odio tan apasionado contra la religión y cuanto con ella se encuentra relacionado. Hugh Thomas, La República Española y la Guerra Civil, pg. 257. , “Citado como referencia en numerosas otras obras, un detallado estudio publicado en 1961 por Antonio Montero Moreno,3 identificó a un total de 6.832 víctimas religiosas asesinadas en el territorio republicano, de las cuales 13 eran obispos, 4.184 sacerdotes, 2.365 religiosos y 283 religiosas.”
También se sabe de casos en que al poner a los católicos que iban a ser fusilados, les daban la oportunidad de renegar de Jesucristo, para perdonarles la vida, mientras les estaban apuntando. A los que renegaban los fusilaban en el acto, porque no sólo buscaban la muerte del cuerpo, sino mandarlos al infierno. Son ejemplos extremos que sin embargo, fueron miles no sólo de religiosos sino también de laicos y que aún hoy se sabe constantemente de asesinatos de católicos y quemas de templos en otras partes del mundo
¿Cuán preparados estamos nosotros para vivir situaciones como las descritas? ¿Renegaríamos de Jesucristo? ¿Abandonaremos nuestras convicciones? Las persecuciones religiosas no se hacen de la noche a la mañana, comienzan a manifestarse de a poco, errores doctrinales que se infiltran entre los católicos , como los “alliens”, aparentando que son católicos, pero no lo son, porque de la abundancia del corazón habla la boca y no puede ser de Jesús los que siembran el odio y la violencia. Si se les desenmascara... se vuelven, entonces contra la Iglesia, su Jerarquía y contra todo y todos los que se oponen, sembrando el odio a la religión y a quienes la practican. Aprovecharán cualquier circunstancia para producir la muerte de tales.
COMO PODEMOS VER: ser católicos fue desde el principio una condición de perseguido por quienes no quieren vivir de acuerdo a sus conciencias, sino de acuerdo a sus cinco sentidos y el sexo , porque, según ellos, después de esta vida no hay otra, dicen los impíos en Sab.2.12 ss.: “Tendamos lazos al justo, que nos fastidia...y se llama a sí mismo hijo del Señor. Es un reproche de nuestros criterios, su sola presencia nos es insufrible, lleva una vida distinta de todas y sus caminos son extraños. Y se ufana de tener a Dios por padre. Pues si el justo es hijo de Dios, él le asistirá y le librará de las manos de sus enemigos. Sometámosle al ultraje y al tormento para conocer su temple y probar su entereza. Condenémosle a una muerte afrentosa, pues, según él, Dios le visitará (una intervención favorable de Dios).
Si al joven que pedía que le enseñaran a vivir la vida, se le hubiera presentado todo este panorama, ¿lo habría recibido con gozo y agradecimiento? ¿Habría pensado que ese era el camino que había estado esperando conocer? Y nosotros ¿estamos agradecidos y gozosos de conocer a Jesús y seguir sus caminos para lo que Él nos llame o lo renegaremos?
¡¡el mundo se mejora comenzando por uno mismo, cambiando, con la gracia de Dios, lo que no va en nuestra vida!! (BENEDICTO XVI).
El tema de este Mensaje Nº 19 es un resumen tomado de nuestro Catecismo Católico desde el número1699 al 1802, el cual se invita a leer.
¡¡POR UNA IGLESIA CATÓLICA UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA, SIN MANCHA Y SIN ARRUGA!!…Y QUE JESÚS, MARÍA Y JOSÉ NOS GUARDEN Y ACOMPAÑEN SIEMPRE EN ESTA MISIÓN CONTINENTAL PARA SER MISIONEROS CIBERNUTA. AMÉN
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